¡Hola
Amosacerinos y Amosacerinas!
Hoy venimos dispuestas a darle vida a los
refranes, y sabemos perfectamente que estáis pensando... ¡Estas profes se han vuelto locas
de estar tanto tiempo encerradas! Bueno en parte lleváis algo de razón, pero…
“de poetas y locos todos tenemos un poco”.
Para empezar con esta aventura de darle
vida a los refranes, lo primero que debemos saber es qué es un refrán, estamos
seguras que muchos/as ya habéis oído hablar de ello, pero aquí va un pequeño
recordatorio:
“Los refranes son
dichos populares que forman parte de la cultura de un país. Normalmente suelen
venir acompañados de alguna rima y todos tienen un significado a modo de
consejo para tener en cuenta en la vida.”
Ahora bien,
lo que queremos decir con “dar vida a los refranes” es que a partir de un
refrán creéis una historia asombrosa. No olvidéis que toda historia que se
precie debe tener un título, una introducción, un nudo y un desenlace. Acordaos
de poner vuestro nombre también, y pasárselo a las profes para que podamos
compartirlo con los demás compañeros/as.
Aquí va un
ejemplo del “Refranes vivos” a partir del refrán: “No es oro todo lo que
reluce”
La luz que creía ser
oro.
Había una vez una mujer que se dedicaba a
recorrer caminos arreglando coches de un pueblo a otro, recorría todos los
pueblos de la comarca, por ello conocía cada rincón de aquellos pueblecitos
donde trabajaba.
Un día, se le hizo tarde arreglando uno de los
coches y cuando volvía por el camino que llegaba a su casa, vio como algo
relucía al fondo del bosque, enseguida pensó que esa luz no era normal, ya que
era especialmente amarilla y reluciente, enseguida se le ocurrió: “¡Seguro que
es oro!, nada puede lucir así si no es el oro”.
Sin demorarse más se dispuso bosque adentro
para hacerse con el ansiado tesoro, cuanto más y más se acercaba, más y más relucía
con colores más vivos. Mientras tanto, ella ya iba imaginando aquello que haría con todo aquel oro, desde
comprarse una casa nueva hasta viajar por todo el mundo.
Pero aquella luz parecía nunca llegar, caminó 5
noches seguidas, descansaba por el día ya que no conseguía divisar dónde
quedaba la luz, con lo cual, faltó toda una semana a su trabajo, le daba igual,
ahora sería rica se decía así misma.
Cuando llegó al ansiado tesoro, su alegría
se convirtió en tristeza, no era más que la luz de una farola reflejada en un
cristal…entonces fue cuando se dio cuenta que aunque a primera vista las cosas
parecieran buenas hay que investigarlas y observarlas antes de hacerse falsas
esperanzas.